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Estudiando la Biblia en estos días de pronto me vino una porción de ella a la mente, 2 Timoteo 4:3-4. En este pasaje encuentro algo muy importante que me deja pensando mucho y es que muchas veces hemos querido ser «cristianos a conveniencia».
Este pasaje nos habla de un tiempo futuro que llegará en algún momento de esta vida y que al parecer finalmente llegó.
Para llevar las cosas a contexto, el apóstol Pablo en los versos anteriores le indica a Timoteo que predique La Palabra en todo momento. Que le indique a la gente sus errores, los corrija y anime pero con una característica muy importante, con mucha paciencia y la enseñanza correcta.
Bueno porque como mencioné anteriormente, llegará un tiempo futuro en el que las personas buscarán a Dios de la forma más conveniente. Buscando un maestro que les brinde enseñanzas que no les «duelan».
¿A quién le gusta que le digan que está mal? ¿A quién le gusta que le regañen o sentirse culpable por algo que quisiera hacer o dejar de hacer? Seguramente a ninguno de nosotros. Todo aquello que busca corregir algo en nosotros indudablemente es molesto y duele, ya sea físico o emocional.
Es por esto por lo que La Biblia nos habla de que llegará el día en que estas personas, estos cristianos se dejarán llevar por sus deseos y comenzarán a buscar maestros que le digan lo que desean oír para no sentirse culpables. Maestros que de alguna forma utilicen La Palabra más para su beneficio más que por amor al prójimo.
Estas personas que buscan quien les diga lo que desean escuchar son presa fácil para «ministros» tan confundidos como ellos o ególatras que solo buscan acrecentar su masa de seguidores para satisfacción personal.
Al aprender de personas que solo nos dicen lo que queremos oír estamos poniendo en riesgo nuestra salvación, nuestro testimonio y hasta nuestras nuestras relaciones con nuestros seres queridos.
Tenemos que recordar que La Biblia es precisa al momento de indicarnos algo. No existe razón alguna pora reinterpretar aquella instrucción clara que se nos ha dado.
Cada día tenemos más «iglesias» donde vemos «ministros» que llevan una vida desordenada y son estos los que son más escuchados por la sociedad. «Ministros» que con su estilo de vida llaman la atención y con una facilidad de hablar que convencen a aquellos que no están bien fundamentados o han ignorado lo que Dios dejó establecido en La Biblia.
Nadie dijo que la vida cristiana sería fácil o color de rosa. No obstante, tenemos la dicha de que La Biblia está llena de instrucciones claras que debemos seguir y mucho ejemplos sobre las consecuencias que podrían tener nuestras malas decisiones.
Aunque nos duela, debemos aceptar nuestros errores, sufrir las consecuencias de nuestros actos y corregirnos para el beneficio de nostros y aquellos que nos siguen o nos ven como ejemplo a seguir.
Mi mayor deseo referente a este tema es que abramos los ojos y los oídos, para estar atentos a todo lo que Dios quiere decirnos en todo momento y poder alcanzar la vida que Dios siempre ha querido para nosotros.
Bendiciones a todos.
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